Nunca he llorado por un hombre, he llorado por sus crímenes. He conocido el amor en carne propia y he visto como lo han asesinado frente a mis ojos, he tejido sueños durante años y me los han deshilado en segundos, he dejado mi confianza en las manos de personas fuertes para sostenerlas y la han dejado caer, la han quebrado. Aún así, la reparé un par de veces a punta de empujones, con esfuerzos, movida por sonrisas que llegaron a mi vida para irse posteriormente.
Conocí los brazos mas cálidos que hoy abrazan a otra persona, me enamoré de unos ojos que hoy se reflejan en otra mirada. Tengo en mi cuaderno escrito un par de nombres, cuyas bocas no pronunciaran de mi existir, me he caído y me he levantado. Y no me duelen las caídas, ni me duelen las ausencias, no le temo a la despedidas, ni creo en la distancia. Sin embargo, me invade la nostalgia al ver mi esperanza amenazada, a ver como la agreden una y otra vez y como se repara, y cada día que pasa parece ser mas difícil volver a empezar, lo cual tiene sentido, es que ya no son caídas, son recaídas y esas duelen mas.
Los traumas de golpes pasados reviven, y cada día se acumulan más y entonces me detengo y le pregunto al amor: "¿Qué tan fuerte eres amor que perduras en mí? ¿Eres fuerte o ingenuo?" Me sorprendo de su capacidad de seguir manteniendo su esencia en mí, cuando en mi cordura ya hubiese renunciado definitivamente a él.
Los traumas de golpes pasados reviven, y cada día se acumulan más y entonces me detengo y le pregunto al amor: "¿Qué tan fuerte eres amor que perduras en mí? ¿Eres fuerte o ingenuo?" Me sorprendo de su capacidad de seguir manteniendo su esencia en mí, cuando en mi cordura ya hubiese renunciado definitivamente a él.
¡Ay corazón!, hoy te has vuelto a enamorar, ¿Por qué lo haces? ¿Por qué me lo complicas todo?
PETER PAN

No hay comentarios:
Publicar un comentario