¿No te pasa que el calendario a veces te jode? Miras las fechas y los días parecen conmemorar cada una de las veces en la que tu corazón ha sido roto, sumado a las veces en las que tuviste esperanza o fe en algo o quizás en alguien, y entonces miras Junio y te recuerdas feliz, pero luego llega Agosto y te recuerda que todo fue una mierda, y decides no mirar más el calendario.
También comprendes que el nombre de los meses es subjetivo, que lo que para todos es septiembre para mí tiene otro nombre, que lo que para ti es un 2 de abril, para mí es el significado de los te amo, que marzo suele pasar desapercibido en mi vida, pero quizás para muchos son el reflejo de una agonía, y otra vez recuerdas todo y no quieres mirar más el calendario.
Hasta que, llega alguien que te hace sentir que los agostos no están tan jodidos y que los diciembre son para extrañar, que tu cumpleaños puede ser el mejor día de tu vida o una oportunidad para ser sinceros, que las noches de mayo existen para que bailes sin música, perdida en una mirada, y que junio es el mes indicado para dormir entrepernados y preparle el desayuno a quien tanto amas.
Y entonces el calendario se reinicia y otra vez es 23 de junio, y miras el celular y no has dejado de recibir notificaciones de sus mensajes, y volteas y él sigue contigo, y ha pasado un año y la sonrisa perdura y lo que antes indicaba el inicio de una amistad hoy es la más viva de las llamas de un gran amor, y solo así, empiezas a querer nuevamente al calendario, cuando te das cuenta que no importa el año que sea o los momentos que hayas vivido, cada 19 de septiembre seguirá siendo especial con la única diferencia que vendrá más cargado de historias y anécdotas divertidas. Y de repente el calendario es tu amigo, y solo deseas que cada octubre siga lleno de sus besos y que los años pasen y cada mes siga llevando su nombre.
Tan subjetivo como nosotros mismos, el amor a un calendario.
PETER PAN

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